CUANDO EMPEÑÉ MI PIEDRA EN LA LUNA...


 

                   Plena de luz en el sagrado lugar de su universal transitar, en calma serena navega la calle Mesones, bajo los risueños ojos de estrellas y constelaciones. Al mando de la nave, la luna llena  de blancas velas, entre excelsos humores de encendida alhucema,  con plateado timón, cascabelea. Por la embaldosada acera de la casa del teléfono, con su distintivo indicador y la antigua cochera, bajo los vidriados guiños de las  marquesinas de  coloridas tejas, el homérico primo Juan Bravo y su novia, pasean. La luz de la láctea noche  perfecta, al pie de la sierra, entre el mar y alto cielo, de piratas y bandoleros guardada y ajena, escamada de magia, sobre la calle del Alhaurinejo, brillando serpea. La luz, la alhucema y el niño carabina que cuando no corre o asalta a la enamorada pareja, al cielo, queriendo alcanzar la luna, pedrea… La casa de la abuela Paca (mi abuela tercera), la piedra por cima de la de los parientes Benítez, voltea y en el cielo se pierde… Ni en tejados ni calle ni en el huerto de Coscorrón sonó la piedra… Está la luna tan grande esta noche y la calle y el pueblo en mitad del cielo de esferas… El novio y la novia, el brillo de las marquesinas de vidriadas tejas… el largo escalón, de resbalones hendidos, por tanta historia de  coches que dejó pasar la vieja cochera y el embriagante  perfume de la brasera alhucema… En la luna, con los ojos muy  abiertos, aquella noche, empeñé mi piedra.   




MI ÚLTIMO TRABAJO...


                                           

PRÓLOGO

 

            2019 fue el año en que, aferrado al manto del noble, logré subir a su cumbre  con  “Chou I / Generación Creativa de la Secuencia del Rey Wen”,  prefigurando en ella (con mano amiga) el universal  Álef, y personal Cabeza del Toro.

Ya iba quedando atrás la vagotonía del posparto y entuerto en los prenuncios de primavera esperando celebrar los 18 años de mi nieta mayor, Gea, cuando con los vientos de marzo, la Tierra con  “SARS-CoV-2” (Covid-19), declaró pandemia. Abril, sobre mojado, nos llovería confinados; mas  con el sol de mayo, entre la mutante secuencia, retoñó en el campo de labor un nuevo tallo. Apenas atisbado el relumbre del sutil hilo de la urdimbre sobre  las cabrilleantes ondulaciones de sus crestas –viejo surfista, pero avezado- sin más, me arrojé a enhebrar la trama (suele ser mi modus operandi cuando la intuición despunta… ya luego se irá, con el trabajo,  desvelando el calado):

Pespunteando, al sesgo especular, el hexagrama anterior al del estudio en cuestión, y a este  su invertido y/o posterior, y el de trigramas intercambiados, y al propio hexagrama nuclear, y al contrapuesto línea a línea, y continuando por la  expresión de las líneas radicales ( mutantes) que lo generan desde Lo Creativo (Hexagrama Nº 1. Ch´ien), y del escalonamiento mutacional de líneas -del hexagrama en estudio- hasta la configuración, y expresión,  del arquetipo contrapuesto como complementario resultante.

¿La pretendida conformación de obra ?... Caleidoscópica y coloquial. Pero mejor, ustedes juzgarán.

Y como decía -siguiendo mí modus operandi- acabadas las primeras revisiones la tarde-noche de vísperas, el día de reyes (06/01/2021) a las 0:00 horas 25 minutos, en esta ocasión por medio de mi mano izquierda, Inma, mi amada compañera de vida y trabajo (a la derecha tengo las Mutaciones), pedí al Oráculo “Valoración  objetiva sobre el trabajo realizado (Especulación Coloquial de los Arquetipos)”. Para mi sorpresa la respuesta fue la misma que, concluida la labor de últimos reparos sobre mi segundo libro sobre las Mutaciones, I King II / Generación Occidental de las Mutaciones,  a las 19,05 del sábado 8 de marzo de 1.997, planteara para el aquel. A saber:

“¿Hay virtud suficiente en la obra para su publicación?”, I King, entonces como ahora respondió con el hexagrama Nº 15. Ch´ien / La Modestia, que con mutación en las líneas 1ª, 4ª y 5ª, acaba complementando el hexagrama Nº 49. Ko /El Cambio, La Renovación; cuya versión me permito reproducir también para este nuevo encuentro:

“Nobleza que modestamente modesta acude desde abajo velando anónima por entre la oscuridad y la multitud, alza el beneficio de la luz a través de ministerio de cabal plenitud, hasta noble regencia que, exenta de jactancia, procede sin embargo firmemente a la apertura de nueva página en el cíclico calendario”.

       

                                   José Antonio Cantero de Bustos




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Al primo Carlos Capdevilla




Volvemos a casa

Por el camino que andamos,

El fanal del poniente

Con su fulgor silente, nos lo está indicando.

 

Ante la puerta abierta, 

Mamá está esperando

Con papá en el rellano;

Los buenos abuelos,

Los titos amados,

Y los queridos hermanos

Junto a los amigos  del pueblo allegado.

 

La cosecha prendida

La traigo en las manos;

El sudor de la briega

-con blancos paños-

 Ayudadme a enjugarlo.

 

Pasó el calendario

Sus calas de tiempo,

Con aguas, vientos

Y floridos rubores de canto,

Que ya los ruiseñores,

En la noche puntera

Levantan del campo.

 

En el corral postrero,

Por las candelas alumbrado,

El amor en su danza te está esperando.

                                                                                                                                                                                                                                                                        José Antonio Cantero de Bustos