A modo de memoria elegíaca,
“Solve et coagula”
Del rojo rubí de tu Granada mater,
sublimado el apasionado magisterio andalusí,
al alto Kosmos azul del Universo.
Abu Omar Yabir al Garnati, chémiko alquimista de la negra tierra, magíster de espagíricos remedios, sobrevolando esencias de tan magnos oficios, docto al cabo en servir elixires de la entregada tierra mineral que nos sustenta y del verde pensamiento de Dios que la hace florecer, erudito versado en lenguas y números sutiles, hombre apasionado y musulmán ferviente.
En buena hora, hermano, liberado.
Entre flambeos de oro en llamas y ascuas de estrellas, sobre el Ebro, el lunes recién pasado, día de La Hispanidad, celebraba yo con aires de “J”, contigo y otros pocos amigos en el corazón de la memoria, el poder injertar junto a las raíces de I Ching en los cimborrios que coronan El Pilar, las fuentes de Fuensanguínea, que del mismo tradicional origen proceden. Día de fuentes y danzas, ese día de baile de “J”, esa letra patronal de números y letras de la que tú tanto sabías…
(Todavía en esos aíres, por la mitad de las fiestas –andaba afeitándome yo-, se me acercó al oído, Luis Jiménez (Hermes de este tiempo singular entre nosotros, con quien la otra noche también compartimos el baile), y del reino de lo suave, contrito y grave, quedamente, de corazón a corazón, me lo notificó el amigo.)
…Y en medio de las fiestas del Pilar, día 14, rojo al garnati, zureando esencias de universal hispano andalusí, por el Creativo Cielo nos dejaste.
Por la hermosa e intensamente profunda brevedad de nuestra compartida copa de humanidad, de la melodiosa voz de tu corazón tan bien servida.