ARRIMANDO EL ASCUA A LA SARDINA

ARRIMANDO EL ASCUA A LA SARDINA


           Hola, de nuevo aquí; ahora finalizadas las clases del curso de I Ching y Fuensanguínea (I Ching en la Librería Cinco Anillos, y de I Ching y Fuensanguínea en Fluxus –ambas en Málaga-), con el pie a medio gas (es un decir, el coche dijo adiós rampando por las crestas del dragón de julio) ya puedo considerar, de algún modo, que estoy de vacaciones.

            Imprevista e inequívoca señal de éstas, fue la invitación a una moraga –cuyo centro fungible fueron desde luego las sardinitas “en su talla” que compró personalmente el amigo y estupendo anfitrión Román.             (Tanto las amigas y amigos encartados, como la causa-fecha y lugar, dan para mucho más; pero ello, parafraseando a Kipling “ya es –por sí mismo- otra historia.”)

           De cala, en cala, recalando sobre lares próximos; y en este remanso, amarrados a puerta y ventana caballo y jábega, miro pa dentro y me descubro en la familia…:

           Permitidme, pues, en estas entretejidas calores, presentaros, siquiera prismáticamente y a cien años luz-generacionalmente-, al más joven de mis hijos, se llama Edu. Nació por estas fechas de Leo (18/08), hace 23 años. Siente vocacionalmente el futbol y –Desi aparte-, su pasión se enciende con los abdominales y llega a su eclosión con el “Barça” (él mismo, se parece a Cesc Fábrega).





          Para no ejercer mucho de padre, que ya se sabe lo de la ceguera de la pasión…, diré sólo que es honesto, leal y se esfuerza a su manera por conformarse un estilo singular. Y como quiera que a mí todo esto me parece de una mediana decencia, quiero presentároslo aprovechando esta singular conjunción que con gusto os muestro desde mi página.

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