TING

 EL CALDERO ORACULAR 
DE YI CHING
(I)



HEXAGRAMA Nº 12. P'I/EL ESTANCAMIENTO

                        Desconexión.
                        En esta esquina revuelta del tiempo y de las cosas del cosmos y del hombre, Cielo y Tierra entre sí, ya sus efectos no intercambian. Cesó “La Paz”, llegó “La Decadencia”. Hacia arriba, arriba el Cielo en su pureza; hacia abajo la gente ruin menudea sobre la Tierra. Hombre fue que dormido quedó sobre los laureles después del último son de la trompeta. ¿El noble?, no está, no se deja. Retirado al valor, reza: ni cede al vicio, ni al halago, ni a la peseta.
                        El hombre sabio anda prevenido en toda cosa, y en tiempo de pecados se guarda de falta. *
                        * Eclesiástico 18.27


 LAS DIFERENTES LÍNEAS
  
LÍNEA Nº 1
                        De entre lo que tiene, extrae entremezclado, “laminaria y césped”. A su manera por el buen gobierno. La perseverancia en tal sentido, sin duda aportará el éxito.

LÍNEA Nº 2
                        Aquí la ventura del hombre vulgar proviene de su complicidad, mediante el sostén y la tolerancia, con semejante estado de cosas.
                        El noble, en cambio, trabaja para el éxito absteniéndose de confundir al pueblo.


LÍNEA Nº 3
                        El censor del tránsito del viejo al nuevo tiempo-estado, refleja sobre el débil y los suyos –cual espejo- la imagen de la propia vergüenza.
                        “Ellos aguantan su vergüenza.”

LÍNEA Nº 4
                        Es también bendición que goza su pueblo, el fruto del cumplimiento de la voluntad de aquél cuya actuación se corresponde –sin vana arrogancia- con el cumplimiento de la Voluntad del Altísimo.

LÍNEA Nº 5
                        El hombre en la posición para el cambio: las circunstancias, el tiempo: tú, ahora; pero si no lo asegura todo extraordinariamente…
                        “¡Si se malograra, si se malograra! Por eso él lo ata a un manojo de ramas de morera.”
  
 LÍNEA Nº 6
                        Demasiado madura como para que no arroje ya su semilla. “No se debe pretender retenerlo permanentemente.”
                        La renovadora convulsión del ser-estando que precisas, halla su germen en esa inquietud interior que de algún modo ya sientes y que con nada que la contemples se te evidenciará necesaria.
                        Esfuerzo.
                        “Primero estancamiento, ¡luego ventura!”



No hay comentarios: