TING
EL CALDERO ORACULAR
DE YI CHING
(I)
HEXAGRAMA Nº 7. SHI/EL
EJÉRCITO
Peligro en el medio, pues veracidad central,
sabia fuerza generando el movimiento, entrega, y perseverancia.
“Es propicio hacer marchar ejércitos”
El noble acoge la realidad de la inquietud
general, alienta al pueblo, traza y expone claramente objeto y objetivos, y
hace marchar desde el centro del movimiento. “¡Ventura sin falla!”
La conducción y efecto:
Si un sabio capaz, victoria;
Si un hombre inexperto, cadáveres propios.
LÍNEA Nº 1
Una vez
determinada la intervención del ejército, ya desde el general inicio, el
movimiento, integrado en todas sus partes, ha de responder, circunspectamente,
al orden colegible de la necesidad objetiva. De no ser así, la derrota es
cierta.
LÍNEA Nº 2
Alineado
por la ley del Cielo, de los hombres y la tierra, cual general triplemente
galardonado, corresponde al necesario bien del pueblo, dirigiendo la acción
desde su centro, en estrecho contacto con aquellos a quienes manda ¡Ventura!
LÍNEA Nº 3
Prepotente
al frente del frente.
¿General -(¡¿?!)-
demagógico bravucón, lleno de muertos? ¡No! ¡Qué desventura es esa!
“El
ejército acaso conduzca cadáveres en el carruaje.”
LÍNEA Nº 4
“El
Ejército se retira.”
Tal
es el punto objetivo en que retirada equivale a victoria, no ya en el sentido
en que ésta comprende derrota del enemigo, consecución de objetivos y
establecimiento de la paz, sino en el que, dadas las circunstancias, posibilita
la preservación, en libertad, de la propia entidad, todavía integrada en el
todo institucional movilizado.
El
generalísimo, sentido común, sentencia:
“es
sin falla.”
LÍNEA Nº 5
Efectivamente
hay un objetivo de combate en esa dirección, y es preciso reducirlo con asepsia.
La responsabilidad de la acción, sin embargo, deberá encomendarse al hombre
realmente dotado de capacidad; el meramente presuntuoso sólo lograría llenar su
carro con los propios cadáveres.
“Conduzca
el mayor el ejército”, porque él es central y correcto.
LÍNEA Nº 6
Distribución de la victoria.
A cada cual según sus méritos, o
el pueblo se perderá en la confusión.
A quién dignidad, dignidad; a
quién otras responsabilidades, responsabilidades; a quién dinero, dinero; y a
quién nada, nada.
“No utilizar hombres vulgares.”
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